Muchas veces dentro de mi profesión me pregunto cuál es el uso que deben tener los espacios en la casa. Les confieso que me generaba mucha angustia intentar salirme del parámetro establecido de sala, comedor, cocina, habitaciones servicios y estudio, sobre todo cuando cursaba la carrera porque nos enseñaron que la función y su operación eran mucho más importante que la forma, así pues desde la educación nos obligaron a pensar en esta fábrica de espacios establecidos.
Por mi experiencia he podido encontrarme con diferentes escenarios, aunque son muy pocos los clientes que permiten salirse de la preconcebida noción de espacio para habitar, complicando un poco más mi trabajo porque toca interpretar lo existente y transgredir un poco sobre el futuro de su real habitar.
Siempre va a ser un reto entender cómo habitan esos espacios, sabiendo que el éxito siempre va de la mano de la felicidad del cliente: el placer de sentirse en casa y empezar a llamar la arquitectura como hogar.
Yo no soy una persona de un solo domicilio, por trabajo viajo mucho y me he dado cuenta que terminó llamando hogar a muchos espacios, tanto que hasta hace un tiempo llamaba hogar a la oficina, pues allí pasaba la mayor cantidad de tiempo de mi vida en Manizales, no lo veo como algo malo habitar cada vez está en discusión, ya que todos los humanos nos hemos desprendido de esos lineamientos establecidos navegando y experimentando en una sapio-vivencia* donde la individualidad es tan importante que la colectividad, por lo tanto el habitar cada vez se hace complejo y dicotómico, ósea como habitar para valorar el individuo es su relación con el colectivo
¿Los espacios habitables cada vez son más pequeños, y los colectivos cada vez más escasos?
En el Discurso del exalcalde Enrique Peñalosa dice que la igualdad nunca llegará económicamente, ¡pero sí se logrará en calidad de vida y esto es un análisis urbano! pero sin ir muy lejos tenemos que llevarlo también a nuestros hogares.
Tener calidad de vida no es tener un gran salón, creo que es sinónimo de entender cómo habitamos y según ello poder transformar los espacios para nuestras actividades diarias.
La cuarentena me ha llevado a pensar muchísimo en cómo convivo con mi hogar, porque aunque En Bogotá tuviera una casa de paso no preparada para una larga temporada para mi presencia, sí he logrado encontrar acá mi hogar, y seguramente lo serán en todos los lugares que habito, pero es porque he creado mi propia conciencia de habitar.
*la sapio-vivencia es un término que me inventé que viene del sapiosexual qué es la atracción por la inteligencia (para mí ello es cuestionarla)*