Construir con visión de sostenibilidad se ha convertido en una tendencia a la que nos hemos venido enfrentando los estudios de arquitectura en los últimos años.
Implementar sistemas de aprovechamiento de aguas lluvias, generación de energía con fuentes renovables y tratamiento de aguas residuales son solo algunas de las novedades que nuestros clientes solicitan evaluar para la inclusión en sus proyectos de vivienda.
“Arqui, quiero ponerle paneles solares a mi casa”; fue una de las frases que empezó a sonar frecuentemente en varios de los proyectos que estamos trabajando en Estudio Dussán desde el año anterior.
Afines a nuestra filosofía de trabajar siempre centrados en los clientes y con el fin de que puedan tomar decisiones bien informados, desde nuestro laboratorio de innovación, capítulo sostenibilidad, investigamos el tema y conversamos con Héctor Corrales, ingeniero electricista del Área de Gestión Comercial de la Chec, para construir esta guía de recomendaciones para revisar antes de decidir la implementación de este tipo de sistemas de energía en las construcciones residenciales.
¿Cómo funciona el sistema?
Lo que conocemos como “paneles solares” son dispositivos que hacen parte un equipo que técnicamente se conoce como un sistema de energía solar fotovoltaica, a través del cual se transforma la luz solar en la electricidad que usamos para nuestros quehaceres cotidianos.
En la actualidad, existen dos modelos para implementar este tipo de energía. En zonas urbanas, se recomienda implementar un sistema interconectado con la red, el cual permite tomar energía de la red convencional, en caso de que el sistema solar falle o no esté produciendo lo suficiente para alimentar el hogar. Al mismo tiempo, este modelo permite ahorrar al no tener que comprar baterías que almacenen la energía, ya que durante el día los excedentes se inyectan a la red y en la noche, que no hay producción por la ausencia de luz solar, se toma nuevamente.
En las zonas no interconectadas o de mayor difícil acceso, se implementan los sistemas aislados, los cuales son completamente autónomos para el proceso de generación de energía. La diferencia sustancial, en este caso, es la necesidad del uso de baterías que almacenen la energía solar, para que esté disponible y pueda alimentar el hogar en las horas que no hay radiación.
¿Cómo es el proceso de instalación y qué insumos se requieren?
En primer lugar, se debe hacer una evaluación de la estructura y redes internas del lugar en el que se instalará el sistema, además de revisar el historial de consumos para determinar cuál es la demanda de energía que se necesitará. En el caso de las viviendas en construcción, se deberá hacer un estudio de proyección de demanda de energía, pero la ventaja es que se pueden tener en cuenta las necesidades del sistema en el diseño y construir así los espacios de acuerdo a esta necesidad específica.
Los principales componentes de un sistema de energía solar son los paneles solares, un inversor, cableado, tuberías, accesorios, baterías y controladores de carga; estos dos últimos sólo necesarios para los sistemas aislados.
¿Cuáles son los costos?
Antes de hablar de valores específicos, es importante tener en cuenta que instalar un sistema de energía solar es un proyecto que se debe visualizar a largo plazo. Aunque la inversión inicial puede ser alta, dependiendo de las condiciones de cada vivienda, el sistema puede durar hasta 25 ó 30 años con óptimo funcionamiento, teniendo un retorno de inversión a partir de los 4 a 7 años después de la instalación.
Los costos varían, primero que todo, dependiendo del modelo, ya que en el caso de los sistemas aislados, las baterías requeridas generan un incremento sustancial del presupuesto. Además, se debe tener en cuenta la evaluación de costos dependiendo de la demanda de energía que tenga la vivienda, la infraestructura que se requiera instalar, la mano de obra y el transporte de los materiales.
Teniendo en cuenta todos estos requerimientos, las empresas que se dedican a brindar este tipo de servicios presentan a los clientes el presupuesto dependiendo de las necesidades específicas de cada hogar. Aunque es difícil para los expertos establecer unos mínimos, los costos bases estimados parten desde los 5 a 6 millones de pesos.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas?
La ventaja principal de este sistema es que no genera emisiones contaminantes (CO2) a la atmósfera y no requiere de exploraciones y explotaciones de recursos naturales, ya que se alimenta de una fuente 100% natural y renovable, como lo es la luz solar.
Además, a diferencia de otros modelos de energías sostenibles, este es un sistema estático, no tiene ningún movimiento que implique partes mecánicas y, por esto, su duración es mayor. Adicionalmente, los hogares que lo implementan se vuelven autogeneradores de energía y, en caso de que inyecten excedentes a la red convencional, se volverán proveedores para las centrales de energía.
En cuanto a desventajas, es importante aclarar que, en términos regulatorios, aún hay algunos vacíos en la normatividad que generan inconvenientes en algunas ocasiones para las personas que implementan sistemas interconectados a la red.
Otros aspectos a tener en cuenta
Mantenimiento: para que el sistema conserve un óptimo funcionamiento y pueda tener la vida útil proyectada, se debe realizar anualmente un mantenimiento, en el cual se hacen ajustes en temas electromecánicos, limpieza de los paneles con productos no abrasivos y reemplazo de componentes en caso de que haya alguna deficiencia.
Dónde contratar el servicio: en el caso de Caldas y Risaralda, el principal proveedor en estos temas es la Central Hidroeléctrica de Caldas, Chec, quienes vienen trabajando desde hace varios años en la implementación de este tipo de proyectos, tanto para viviendas como para estructuras comerciales, empresas e instituciones públicas. Chec, particularmente, cuenta con opciones de financiación para todo el proceso de instalación.Algunos proveedores destacados para otras zonas del país son Celsia, Emergente, Erco Energía, Gimecol y Senergysol.